Facultad de Derecho y Ciencias Políticas y Sociales
Especialización en Justicia, Víctimas y Construcción de Paz
Seminario
“Conflicto
Armados y Procesos de Paz en la Historia Reciente de Colombia”
NOTAS DE CLASE No. 1
El propósito de este documento no es otro que puntualizar
algunas ideas fuerzas de la exposición realizada durante la primera sesión del
seminario de Conflicto Armado y Procesos de paz en la Historia Reciente de
Colombia en el que se tocó el tema de las CAUSAS ESTRUCTURALES DEL
CONFLICTO SOCIAL Y ARMADO, desarrollada por el profesor Carlos
Medina Gallego.
1. El
conversatorio se fija como propósito tres objetivos: 1. Señalar los orígenes y las múltiples causas del
conflicto armado colombiano; 2. Hacer explicito los principales factores y condiciones que han facilitado o
contribuido a la persistencia del conflicto. 3. Explicar los efectos e impactos más notorios sobre
la población civil y los territorios.
2. En
torno a estos tres objetivos se buscó responder cinco preguntas: 1. ¿Cuáles son
las causas estructurales que constituyen el conflicto social y armado en
Colombia?; 2. ¿Qué factores y determinantes han hecho posible la permanencia
del conflicto social y armado en el tiempo? 3. ¿Qué efectos ha tenido ese conflicto
sobre los territorios y las poblaciones? 4. ¿Qué dificultades tiene actualmente
el conflicto social y armado para su superación definitiva? 5. ¿Cuál es el
papel de la comunidad en la construcción de las soluciones a los conflictos en
los territorios?
SOBRE LAS CAUSAS ESTRUCTURALES
DEL CONFLICTO SOCIAL Y ARMADO.
3. El
conflicto colombiano tiene distintas causas unidas a su desarrollo histórico en
sus procesos económicos, sociales, políticos, culturales, ambientales y
militares. El conflicto es multicausal, según sea la naturaleza de cada
conflicto adquiere una relevancia particular y un tratamiento en contextos que
esta definidos por las características de cada conflicto.
4. Las
causas pueden encontrarse en:
a.
Los orígenes de la formación del Estado
Nacional, un modelo que no entendió la naturaleza de la construcción de una
nación multiétnica, pluricultural y de regiones y un estado que se fijó como
propósito el ejercicio del poder político en torno a los intereses de las
castas y las elites dominantes haciendo de lado el interés y los propósitos
generales de la nación colombiana.
b.
La construcción del régimen republicano.
Considerado este como una forma de gobierno basada en el concepto de que la
soberanía reside en el pueblo, quien delega el poder de gobernar en su nombre a
un grupo de representantes elegidos, para que conduzcan la nación al logro de
los propósitos de bienestar, convivencia y seguridad, para todos los
asociados.
c.
Este régimen se debería erigir sobre al menos
cinco soportes fundamentales: 1. La participación política activa por parte de
los ciudadanos 2. La representación de todas las clases sociales dentro de las
instituciones de gobierno con iguales atribuciones 3. La división de poderes y
su control recíproco.4. La libertad e igualdad para todos los miembros de la
sociedad y, 5. El ejercicio pleno de la justicia en la construcción del bien
común.
d.
Un régimen republicano tiene una forma de
gobierno en la que el jefe del estado ejerce un cargo público y, como ocupante
no tiene derecho por sí mismo a ejercerlo de manera indefinida, sino que lo
ejerce temporalmente en el marco de un procedimiento de elección pública, donde
su gestión debe estar sometida al escrutinio público.
e.
El modelo de democracia, el sistema político
y el sistema de partidos. El régimen republicano es compatible con sistemas
unipartidistas, bipartidistas, multipartidistas e incluso con regímenes dictatoriales
y totalitarios. Sin embargo, el modelo republicano desde sus orígenes ha
buscado identificarse con las formas de organización política democrática
que respeta la voluntad popular, se reconoce en el respeto por la diferencia,
la voluntad mayoritaria y las garantías para las minorías en ejercicio de
oposición. La no realización de estos fundamentos es razón de conflictividad
social, política y militar. La tendencia en nuestro país es a desconocer la
voluntad y necesidades de las mayorías para gobernar en un modelo de democracia
que defiende los intereses de las minorías privilegiadas.
f.
Nuestro país se ha organizado como un régimen
republicano presidencialista. La constitución ha establecido la división de
poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), que deben funcionar con
independencia y constituir el juego de pesos y contrapesos, para evitar la
concentración de los poderes en el poder ejecutivo. Esta ha sido una dificultad
mayor en la historia del país. El régimen de partidos ha buscado capturar los
poderes y someterlos al interés del poder ejecutivo, generando modelos de
gobierno autoritarios y déspotas. El régimen republicano nuestro de naturaleza
presidencialista, soporta el ejercicio del poder sobre el control del Congreso
de manera mayoritaria. Perdiéndose la posibilidad del control político.
g.
La
particular forma en que se administra el poder político ha generado una serie
de practicas que constituyen causas y determinantes de la conflictividad social
y política de la nación; los procesos de desarrollo de sociedades
aristocráticas evolucionaron hacia oligarquías regionales que manejan los
territorios como caciques políticos a través de clientelas, nepotismo y
corrupción. A esto se suma las practicas institucionales en las cuales se
ajustan las normas incluyendo la constitución para que sirvan de la mejor
manera a los intereses particulares de quienes ejercen el poder económico y
administran el político.
h.
La sociedad colombiana se construyó
políticamente en un sistema bipartidista, conformado por los partidos liberal y
conservador, y en alianzas y coaliciones de intereses, que alimentaron con
odios y guerras para el usufructuó absoluto del poder político del estado y su
instrumentalización al servicio del poder privado. La posibilidad de la
construcción de terceras fuerzas siempre fue vista con recelo y a los críticos
políticos se les negó la condición de adversario y se les ubico como enemigos,
para quienes no hubo otra opción de la desaparición política, el exilio o la
muerte. El sistema político no se
construyo en una democracia amplia de naturaleza liberal, respetuosa de las
diferencias incluyente y pluralista, sino, en u modelo de democracia restrictiva,
excluyente y autoritaria.
i.
Por sus parte el sistema electoral, como
la institución y el conjunto de reglas y
procedimientos destinados a regular las diversas etapas de los procesos
electorales para garantizar que la votación exprese con rigor la voluntad de la ciudadanía y se transforme
en los órganos de gobierno en gestora de los intereses generales de la nación
se fue transformando en una aparato de la clase política atravesado por la
corrupción y el fraude en favor de las fuerzas dominantes y su interés en
permanecer de manera indefinida en la administración del estado, generando
incredulidad y conflicto.
j.
Además de los aspectos políticos que constituyen
razón de ser de los conflictos, el modelo de desarrollo económico ha
generado un proceso creciente de acumulación de riqueza y grandes desigualdades
sociales.
k.
Los procesos productivos unidos a la
propiedad y concentración de la tierra, a su tenencia y uso, han marcado
profundamente los conflictos agrarios y rurales en nuestro país y han generado
violencia y modelos de modernización, acumulación y concentración de riqueza
sobre economías de despojo y muerte, desplazamiento forzado, crímenes y
masacres. Cada ajuste que ha requerido el modelo de desarrollo económico y
concentración de la propiedad en los procesos de modernización económica ha
estado precedido por un devastador ciclo de violencia criminal.
l.
Los conflictos agrarios en torno a la
tenencia, uso y propiedad de la tierra constituyen uno de los problemas
estructurales del país que ha arrastrado la historia de la nación sin que
encuentre un escenario político reformista que atienda las necesidades del
desarrollo rural y la democratización de la propiedad de la tierra, en el marco
de un modelo de producción que favorezca las economías campesinas, la
producción comercial y el desarrollo integral del campo.
m.
El desarrollo del modelo de producción
capitalista, con sus particulares características en el ámbito de la dependencia
y un desarrollo limitado de los proceso de industrialización y ampliación
de las relaciones económicas complementarias ha generado una dinámica de
conflicto social que involucra no solo las relaciones entre el capital y el
trabajo, sino, adicionalmente, los problemas de la desocupación forzada, la
informalidad y la delincuencia, unidos a practicas de marginalidad social y
pobreza. El predominio de las economías extractivas sobre economías
productivas, han producido un impacto mayor sobre los territorios, los
ecosistemas y las poblaciones generando dinámicas de conflictividad regional en
la lucha por el mejoramiento de las condiciones de vida de las poblaciones.
n.
La presencia de empresas transnacionales
en el impulso de economías extractivas y la explotación de los recursos
estratégicos de la nación en sistemas de concesión y contrato bajo relaciones
absolutamente desfavorables para los intereses nacionales han agudizado los
conflictos sociales donde operan estas protegidas por el estado y la fuerza
publica y no pocas veces en connivencia con grupos armados ilegales.
o.
La irrupción de las economías ilegales del
narcotráfico y su articulación amplia y extensa a los procesos económicos
convencionales han generado un modelo de capitalismo criminal, que ha
permeado amplios sectores de la economía y la sociedad y la impactado la
institucionalidad política y administrativa del estado con su capacidad de
intimidación y corrupción. A esto se suma las alianzas que se han establecido
en el desarrollo de la lucha contra las organizaciones armadas insurgentes, los
movimientos sociales y las fuerzas progresistas de la nación, a través del
fortalecimiento de practicas paramilitares y criminales, de aniquilamiento e
intimidación, así como la construcción y control de poderes regionales y su
influencia en los escenarios institucionales de la nación. La irrupción de los
capitales del narcotráfico y sus relacionamientos con la economía y la sociedad
convencional, así como sus injerencias en el ámbito de la política han ido
dando a la sociedad colombiana un carácter mafioso, en el que la captura del
estado por la criminalidad es uno de sus componentes esenciales.
p.
El impacto de los conflictos mundiales,
el mundo bipolar y la globalización en el ámbito nacional han tenido un papel
fundamental en la definición de la naturaleza de nuestros conflictos, en su
caracterización y tratamiento. La influencia norteamericana en la definición de
las políticas de seguridad y defensa en los periodos de la guerra fría y la
lucha contra el terrorismo, han marcado profundamente el comportamiento estatal
frente a la sociedad en general, a los movimientos sociales y políticos
democráticos de izquierda en particular. Así como en el tratamiento de los
conflictos armados con los movimientos insurgentes y, han posibilitado la irrupción
de fenómenos paramilitares estado-centristas y narco-paramilitares impulsados
en el marco de las políticas públicas de seguridad, con prácticas de pacificación,
vaciamiento poblacional y sometimiento de poblaciones por la vía del miedo y el
terror. Estas prácticas han degenerado en terrorismo de estado y guerras sucias
cuyo blanco esencial es la población civil.
PROBLEMAS
ESTRUCTURALES
5. Conforme
lo hemos señalado estos problemas estructurales se expresan a través de
fenómenos que inciden en la complejizacion creciente del conflicto social y
armado y en su recrudecimiento en prácticas de violencia estructural y
criminal.
Quisiéramos
puntualizar al menos seis unidades de reflexión sobre las causas estructurales
de los conflictos como insumos para que puedan ser reflexionadas y
desarrolladas posteriormente por los estudiantes a través de lecturas y
procesos de investigación local que ayuden a la caracterización y diagnóstico
de las realidades locales y de sus conflictos.
1)
Desigualdad social y pobreza generalizada.
Surgen y son inherentes a las lógicas de acumulación y exclusión del modelo de
desarrollo económico y a la inexistencia de políticas y practicas
redistributivas de la producción económica y de su componente social. La
desigualdad social es fenómeno económico, social, cultural e histórico que se
expresa en la condición por la cual las personas tienen un acceso desigual a
los recursos de todo tipo, a los servicios y a las posiciones que valora la
sociedad.
Todo tipo de
desigualdad social está fuertemente asociada a las clases sociales, al género,
a la etnia, la religión, a la cultura entre otros indicadores. Así que de forma
más sencilla podemos definir la desigualdad como el trato desigual o
diferente que indica diferencia o discriminación de un individuo o un grupo
hacia otro debido a su posición social, económica, religiosa, a su sexo, raza,
color de piel, personalidad, cultura, entre otros.
La desigualdad
social se expresa en su manera más cruda a través de la pobreza generalizada
y la pobreza absoluta que no constituye otra cosa que la imposibilidad de
acceder a unas condiciones de vida digna y de calidad en relación con los
aspectos que son esenciales para la dignificación de lo humano como alimentación,
vivienda, servicios públicos, educación salud, recreación y sobre todo, trabajo
como el mecanismo mediante el cual se pueden garantizar el ejercicio pleno de
los derechos fundamentales. La pobreza generalizada viene siendo matizada a
través de estadísticas absurdas con ingresos insuficientes y políticas
paliativas que no resuelven los problemas fundamentales de la sobrevivencia en
dignidad de los seres humanos. La pobreza se ha hecho multidimensional y
compleja y afecta de distinta manera a las personas, a las familias y a las
comunidades que viven en las incertidumbres diarias de la provisión básica. Unida
a la pobreza esta la discriminación social, la exclusión, el desempleo crónico
y la violencia estructural, que alimenta el conflicto social y armado.
2)
Fragilidad
de las estructuras democráticas e institucionales. Las practicas clientelares y corruptas, la
instrumentalización privada del poder público, la captura de la
institucionalidad y su puesta al servicio de los interés particulares, privados
e ilegales han generado una crisis institucional permanente, que se expresa en
la degradación creciente de la finalidad publica y el socavamiento del interés
común en favor de intereses partidarios, de grupo y de sectores sociales en específico
como de organismos multinacionales y empresas transnacionales. Las dificultades
para garantizar el ejercicio monopólico del poder político del estado, a través
del monopolio de la fuerza y la justicia, de una manera legal y legitima
constituye uno de los mayores problemas del funcionamiento institucional del estado
que se agrava con la implementación de mecanismos autoritarios y déspotas que
desconocen los derechos y socava el ordenamiento constitucional.
La dificultad para garantizar la separación de
poderes y el juego de pesos y contrapesos debilita y erosiona las posibilidades
de un estado fuerte capaz de responder íntegramente a propósitos del interés
nacional, al favorecimiento de los sectores mas desprotegidos y en la garantía
del ejercicio pleno de los derechos fundamentales y humanos.
El modelo de democracia restringida que prevalece
unido a los mecanismos institucionales que la posibilitan, genera una situación
de exclusión política que conduce inevitablemente a alimentar los conflictos
políticos, que al desbordarse en intolerancia y falta de respeto por la
diferencia en un aniquilamiento institucional y social del pluralismo y de las
posibilidades de desarrollar los conflictos como adversarios y no como
enemigos, eleva el nivel de conflictividad al grado de violencia criminal y la
guerra.
La subordinación política y económica al interés
internacional y trasnacional, debilita al extremo la independencia y el
ejercicio de la soberanía la que se relativiza hasta hacerla desaparecer en
modelos vergonzosos de subordinación servil y dependencia, generando
inevitablemente conflictividad.
3)
Resistencia
social y política de la población. La cruda realidad de los conflictos sociales, económicos, políticos,
étnicos, culturales y ambientales genera dinámicas de resistencia y oposición
que llevan a la población a organizarse y a movilizarse para reclamar en las
calles y en la protesta legitima lo que el estado está obligado a garantizar y
ofertar en materia de derechos y no lo hace.
En medio de la población van adquiriendo forma y
adoptando agendas reivindicativas distintas expresiones de lo que va a
constituir la sociedad civil, entendida esta como todas las formas de
organización de la población que en el ejercicio de la luchas legitima por sus
derechos se colocan en condiciones de resistencia y oposición al poder privado
y estatal para hacer ejercicio del poder popular en la lucha por el bienestar
general y particular y la conquista de condiciones dignas en materia de
ejercicio de derechos.
La persecución sistemática y represión brutal a
esta formas de organización de la sociedad civil son causa estructural de los
conflictos sociales, políticos y armados en nuestro país, que resisten a las
oleadas criminales y genocidas contra los territorios y las poblaciones con
repertorios de violencia degradada que se expresa en la persecución, el
señalamiento, la detención arbitraria, la tortura, la violación, el asesinado
selectivo, la masacre, la desaparición forzada, el desplazamiento forzado entre
otros crímenes cargado de brutalidad y salvajismo.
Frente a esta situación, desde distintos frentes, surgen dinámicas de movilización social y
popular que congregan defensores de derechos humanos y organizaciones políticas
de la izquierda democrática y convocan el acompañamiento de las organizaciones
internacionales de Derechos Humanos para la salvaguarda de la vida y la
integridad de los liderazgos naturales criminalizados por esa escalada de represión
criminal
4)
Delincuencia y crimen
organizado. La pobreza, la exclusión y la falta de
oportunidades unido a las empresas del crimen organizado que hacen ofertas
particulares de recursos de vida y bienestar se generan economías ilegales y
empresas criminales que agudizan los conflictos sociales y las formas de
violencia. El desarrollo de la economía del narcotráfico ha involucrado amplios
sectores de la población en esa empresa criminal y en otras actividades que
involucran las economías del despojo, la extorsión, el contrabando, la
prostitución, el tráfico de personas y órganos entre un amplísimo portafolio de
delincuencia organizada que se trasnacionaliza y controla rutas, mercados,
actividades, negocios e inversiones.
El fenómeno de la delincuencia y el crimen
organizado se ha ido constituyendo en un modelo de capitalismo criminal que
convive con las economías convencionales y las desarrolla en un modelo mafioso,
que tiene no solo incidencia en sectores sociales y económicos, sino,
igualmente en la estructura del poder político y del estado.
5)
Explotación
transnacional de los recursos estratégicos de la nación. Las economías extractivas, mineras y agrícolas,
desarrolladas por empresas trasnacionales en los territorios sobre los recursos
estratégicos de la nación que son los que garantizan su independencia y
soberanía y la solución de sus problemas estructurales, han generado a lo largo
de la historia de país agudos conflictos económicos, sociales y ambientales que
afectan profundamente la estabilidad y el bienestar y buen vivir de las
poblaciones. Los procesos erosivos de compactación de suelos, deforestación,
contaminación y sedimentación de ríos y, en general, los problemas ambientales
unidos a los problemas de pobreza, hambre y desocupación, generados por la
presencia transnacional son objeto del desarrollo de conflictos locales y
regionales permanentes, que no pocas veces involucran actividades de violencia
institucional y paramilitar al servicio de esas empresas y financiadas por
ellas mismas.
6)
Injerencia
norteamericana en los asuntos de seguridad y defensa. La política Norteamérica de seguridad nacional
extendida a sus áreas de influencia como seguridad hemisférica se ha movido en
las lógicas de la guerra fría, la doctrina de la seguridad nacional, la lucha
contra el terrorismo y el narcotráfico, más recientemente en la lucha contra
los populismos anti-mercado. Estas políticas se traducen en una aplicación
burda contra todas las formas de movilización social y política, de resistencia
y lucha revolucionaria, sin discriminación de ninguna naturaleza con resultados
absolutamente indeseables en materia de violencia, conflicto y guerra, en los
cierren democráticos e institucionales que restringen y recortan el ejercicio
de derechos individuales y ciudadanos e instrumentalizan la fuerza publica
alrededor de los intereses imperiales.
Detrás de estas políticas, la guerra se ha desplazado
del escenario de la defensa y la soberanía, a su instrumentación, en los procesos de acumulación económica
capitalista para el control y conquista de los ecosistema productivos planetarios
y los recursos estratégicos de los países con reservas minerales, energéticas y
biodiversas de especial interés económico de las potencias y de las empresas
trasnacionales. Para poder controlar esos recursos someten y subordinan a los
gobiernos, impulsan golpes de Estado “duros y blandos”, crean una clase
política servil y represiva, colocan toda la ofensiva mediática a su servicio y
se presentan como defensores de la paz, la democracia y los derechos humanos,
banderas que utilizan para criminalizar a las poblaciones, llevarlas al hambre
y la pobreza generalizada, a través de embargos y bloqueos.
El estado colombiano y los distintos gobiernos han
sido supremamente serviles a los intereses internacionales estadunidenses no
solo en la implementación de las políticas de seguridad al interior del país
como lo hizo durante la guerra fría con la doctrina de la seguridad nacional y
la figura del enemigo interior, sino adicionalmente con las estrategias de
lucha contra el terrorismo y el narcotráfico y su involucramiento en los procesos
políticos regionales, hostigando los países vecinos y sirviendo de cabeza de
plaza para intervenciones criminales y violadoras del principio de autodeterminación
de los pueblos y el respecto por su soberanía.
DINAMICAS Y ESCENARIOS DE LA GUERRA
6.
Los escenarios se han transformado y con ellos
los conflictos y las guerras. El desarrollo económico del modelo neoliberal en
la era de la globalización a re-caracterizado los conflictos en el nuevo
ordenamiento internacional y las disputas que se dan en torno a los recursos
estratégicos y a los mercados de consumo, que comprometen la formación de
nuevos y más devastadores modelos de acumulación, control financiero y de
desarrollo tecnológico al servicio de las disputas de los bloques de poder globales
en los que la Unión Europea, India, Rusia, China y el sureste asiático se
colocan en tensiones al interés que compromete la dominación hegemónica
estadunidense
7. Las discusiones del Nuevo Orden Mundial, entre
Imperio-Imperialismo, la postguerra fría - la globalización – las nuevas
guerras – los empresario de la guerra y los mercados de la violencia,
irrumpen con una nueva dinámica que sin desprenderse de la anterior buscan
responder al nuevo ordenamiento del poder global, convirtiendo el planeta en un
escenario internacionales de conflictos en las que todas las guerras
internacionales se hicieron civiles, en torno a un único poder mundial que
dispone del ordenamiento político económico planetario y se considera con la
autoridad para intervenir donde sus intereses están en riesgo.
8. Las nuevas lógicas de acumulación
capitalista se construyen a través de sofisticados sistemas de violencia que
configuran las guerras de quinta generación en las que se involucran
todos los componentes de la vida social, política y económica del planeta y no
exclusivamente el componente militar.
9. Este
modelo de guerra esta cruzada por una profunda crisis humanitaria que afecta el
ejercicio y las garantías de los D.H y DIH y que obliga a la intervención de
los organizaciones humanitarias y, de los organismos multilaterales.
NUESTROS
ACTORES- NUESTROS CONFLICTOS
Es importante tener un referente general de
los actores de nuestros conflictos y precisar la naturaleza de estos. No se
pretende en estas notas de clase mas que enuncia de manera general esos actores
y esos conflictos para que sean tomados en consideración y desarrollados según
las circunstancias de la región y territorio en particular.
10. Es
indiscutible que una responsabilidad importante de nuestros conflictos en
materia de la configuración de las lógicas de estos y de los intereses que se
defienden en ellos la tiene el gobierno de los Estados Unidos y sus
políticas de injerencia económica social, política y militar, en el conjunto de
los países de mundo y en particular en los de América Latina.
11. Un
segundo actor de los conflictos lo constituye el Estado colombiano y su
política de exclusión, represión y desarrollo centrado en los intereses
económicos de las clases dominantes y de la elites políticas y sociales
tradicionales y emergentes y, de las transnacionales. Igualmente es necesario
descargar la responsabilidad de nuestros conflictos en las políticas de
seguridad y defensa y el comportamiento que tienen la fuerza publica al
respecto de estas y frente a la población y los territorios, comportándose como
fuerzas de ocupación y en connivencia con fuerzas criminales del
paramilitarismo, sembrando muerte, terror y violencia.
12. Hacen parte de los actores del conflicto y la
violencia los organismos paramilitares y las empresas criminales de la
violencia, con su portafolio de criminalidad y terror, que en operan en
connivencia con las fuerzas militares y se benefician de las economías
extorsivas, del despojo y el narcotráfico.
13. También
hacen parte del grupo de actores del conflicto colombiano las insurgencias
armadas, sus conflictos intergrupales, y su comportamiento criminal contra la
población, al amparo de un discurso social, reivindicativo y transformador que desaparece
en el escenario de las acciones que colocan como blanco a la población civil y
a las posibilidades del desarrollo territorial.
14. Igualmente
son actores del conflicto, en particular del conflicto social y reivindicativo,
todas las formas de organización social de la población, expresándose como
sociedad civil, con sus respectivas agendas especificas de derechos, esto es, los
movimientos sociales y populares con sus liderazgos naturales, perseguidos
y criminalizados por las instituciones de seguridad del estado y por los grupos
armados ilegales.
15. Hacen
parte de los actores del conflicto los partidos políticos, las distintas
fuerzas, organizaciones y movimientos políticos, que se mueven en el escenario
de la disputa política por el poder del estado desde la derecha, el centro y la
izquierda democrática o radical.
16. Los
gremios económicos son también actores del conflicto social y armado,
migraron de los conflictos económico-propios de su condición de ser
protagonistas de estos, hacia los conflictos políticos y los conflictos armados
en defensa de sus intereses. Han financiado
la guerra y la violencia, la conformación de grupos paramilitares y de
políticas de seguridad que protegen y salvaguardan sus economías.
17. Las
iglesias han sido a través de la historia un actor activo de los conflictos
sociales politicos y armados y no han sido pocos los pasajes de la historia de
Colombia en que han utilizado los pulpitos para incendiar el corazón de los
creyentes en cruzadas religiosas de trasfondos políticos criminales. Bajo la
premisa de la defensa de la vida, la familia y la moral religiosa distintos
sectores de la iglesia han alimentado la violencia contra poblaciones liberales
que buscan la separación de la iglesia del Estado y su no intervención en el
desarrollo de la vida política de la nación y en la lucha de las poblaciones
por el ejercicio de sus derechos independientemente de sus creencias
religiosas. Pero la institución de la iglesia también tiene a su interior
debates sobre su papel en la vida social y política de la nación en donde se
expresan distintas posiciones que van desde la iglesia tradicional a las
iglesias populares.
18. Las
empresas trasnacionales y los organismos multilaterales también hacen parte de
las dinámicas de los conflictos sociales y armados y tienen incidencia política
en la definición de las políticas publicas de los distintos gobiernos y en las
transformaciones y acomodamientos del estado.
19. Nuestros
conflictos son de distinta naturaleza, pero se hacen complejos cuando se
superponen en las dinámicas de la confrontación social y política. Hay conflictos
económicos y sociales, que definen las formas de la explotación de los
recursos estratégicos de la nación, los procesos de acumulación, las tensiones
de los procesos productivos y las relaciones entre el capital y el trabajo que
inciden en las situaciones de desigualdad social y pobreza crónica.
20. Hay
conflictos políticos por el ejercicio del poder publico en las distintas
esferas del estado, que tienen algunas veces sus raíces en conflictos
ideológicos y se expresa en los escenarios de la confrontación partidaria unas
veces a través de las urnas otras a través de las armas. Los conflictos
armados se nutren de las distintas causalidades de naturaleza social y económica
y de su revestimiento de conflictos políticos en las disputas por el ejercicio
del poder político de estado y el usufructuó de los recursos económicos;
igualmente hay conflictos étnicos, culturales y religiosos y cada vez
tienen mas fuerzas los conflictos ambientales que se mueven en la
defensa de los patrimonios naturales y la conservación de los ecosistemas de
vida.
21. Estos
conflictos se mueven entre muchos otros que llenan la vida de los seres humanos
y permite su desarrollo y mejoramiento o, mal llevados, su destrucción y
estancamiento.
Estas notas generales no
pretenden ser otra cosa que un insumo para que se puedan ir configurando los
imaginarios que explican el desarrollo de los conflictos desde sus causas y sus
autores, trabajo que es necesario que vaya desarrollando cada uno en una
apropiación critica de lo dicho en estas notas de clase. Es un documento para dialogar con él y
enriquecerlo.
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